Añadió que 'no nací sabio, ni listo, ni inteligente, ni rico ni pobre. Nací desnudo y podría deciros, sin rubor por la expresión, que desnudo me voy despidiendo del Consejo General. Y en este viaje largo hacia mi destino, tal vez demasiado largo, percibo mis cicatrices, palpo con los dedos los surcos de mis aciertos y errores, y cada vez intento ser más yo, de hecho, nunca he dejado de ser otra cosa que yo mismo: el corredor de seguros que aprendió de la familia, de los amigos, de los profesionales y de la gente que me rodea. Me siento honrado de haber contribuido a que este Consejo General que hoy presido sea referente público en España, en Europa y en Latinoamérica. Esto es fruto de un intenso trabajo que se irá reconociendo a medida que el polvo de la envidia, ignorancia, o mala fe, vayan desapareciendo. Porque el tiempo es buena persona, es un inexorable termómetro que nos aporta el calor que merecemos. Por eso en esta etapa de la vida, mejor viajar ligero, sin prisas y con una gran capacidad de observación. Sin embargo, no me siento obligado a permanecer callado. Al menos, hoy no, que reconocemos los méritos de gente buena. Hoy quiero reivindicar el trabajo de muchos compañeros de profesión. Entre todos, durante ocho años hemos cambiado la cara y el gesto de la mediación de seguros, hemos aportado ilusión y sonrisas, hemos sufrido una barbaridad, pero hemos sobrevivido, y hemos trabajado con pasión y energía para suplir nuestras carencias'