“La extorsión nunca se debe avalar, y mucho menos en épocas de pandemia”

Las prácticas abusivas vienen siendo denunciadas hace años por la Asociación Argentina de Productores Asesores de Seguros. Marcelo Garasini, ex presidente de la Asociación y actual coordinador de la Comisión Técnica y Jurídica, hace un repaso histórico sobre diversas problemáticas que ha enfrentado el sector y que hoy se reeditan y siguen vigentes en el marco de la pandemia por el COVID-19.

A continuación, los extractos más “jugosos” de la nota que fue parte de la última edición de la revista SEGUROS de AAPAS. Y en donde se advierte que ciertas entidades bancarias y financieras les están exigiendo a las empresas que solicitan los créditos que contraten ciertos seguros o bien traspasen sus pólizas de seguros al banco a cambio de otorgar y/o acelerar el proceso de otorgamiento de los préstamos.

“Lo que está pasando es que las PyMEs presentan su carpeta para los créditos de asistencia y ven que se traba el proceso. Cuando consultan, les dicen que si pasan sus pólizas de la flota móvil o de ART a lacompañía de seguros del grupo al que pertenece la entidad, el préstamo estará disponibleen pocos días”, describe Garasini, quien tiene amplia experiencia en lidiar con casos abusivos que terminen incluso afectando la imagen del seguro en la sociedad.

Recordemos que bajo este contexto, AAPAS junto a las asociaciones pares de todo el país, habilitó una página web (www.denuncias.com.ar) para que los damnificados puedan denunciar estas
prácticas de forma anónima, presentando a esos fines pruebas para elevar a las autoridades competentes.

Para Garasini, en sus diferentes formatos, se trata a las claras de una operatoria sistemática habitual, no de casos aislados. Y agrega que el hecho de lograr que las denuncias sean masivas, abre la posibilidad de promover reformas legislativas que terminen con este tipo de situaciones. Si bien es una situación repudiable a la que AAPAS busca darle respuesta, no es una novedad que el sistema financiero opere de esta manera y el origen está íntimamente relacionado a la génesis de los seguros vinculados a créditos prendarios e hipotecarios.

Un poco de historia…
En la década de 1990, el sistema de créditos prendarios e hipotecarios era totalmente diferente al actual. En ese momento, él –a pedido de Manuel Lamas, quien era presidente de AAPAS- estudió de cerca el funcionamiento de este negocio debido a que empezó a crecer la cantidad de denuncias por abusos por parte de los tomadores de crédito que se encontraban en apuros a la hora de intentar cumplir con el pago de sus préstamos.

El problema no estaba en el costo de los créditos en sí, que eran a “tasa 0”, sino en los de los seguros asociados. “Hubo un caso testigo de un Productor en la Oficina de Defensa del Consumidor que sacó un crédito a través de Orígenes Vivienda, y, tras realizar los cálculos de cuánto le costaba, llegó a la conclusión de que gastaba 1036% más que si contrataba la póliza directamente a través de la aseguradora de ese grupo”, recuerda.

Garasini explica que, en ese entonces, no había relación entre el asegurado y el asegurador. “No teníamos la póliza, no teníamos las renovaciones. No había normativa de la Superintendencia de seguros de la Nación en este sentido”, señala. Y es que el asegurado ni siquiera sabía en qué compañía estaba tomada su póliza, firmaba un contrato de adhesión en el que se le otorgaba poder al acreedor para que tomara el seguro obligatorio, contemplado por un artículo anterior, en nombre del deudor.

“El Estado defendía los intereses del sector financiero. Era la época de esplendor del crédito prendario. Las empresas creaban sus financieras y, como forma de compensar a aquel que ponía capitales para dar crédito en ese momento y garantizar una factibilidad de control, se le daba a quien otorgaba el préstamo el beneficio de elegir la compañía en la que contrataba el seguro asociado”, detalla Garasini.

Tras varios reclamos de AAPAS, en la época de Juan Bontempo al frente de la SSN, se prohibió que el contrato de seguro para créditos prendarios e hipotecarios tenga comisiones y se liberó la elección del seguro vinculado al crédito. Asimismo, se estableció que lo que diga el resumen de cuenta del crédito respecto del seguro, tenga que coincidir con lo que diga la póliza.

“Así, se invirtió la carga de prueba y se terminó con esa situación. Era una estafa el sobrecosto aplicado hasta ese momento. El Estado fijó el porcentaje de tasa, que hoy es del 0,3 por mil, cuando antes era del 3 por mil”, revela el directivo, quien afirma que estas medidas transparentaron el mercado.

Garasini explica que, hoy en día, los seguros contratados a través de los créditos prendarios e hipotecarios son más económicos que los contratados por otra vía. “Transparentar el sistema no sólo es bueno para la imagen de nuestro sector, sino para la sociedad en su conjunto”, apunta, agregando que si bien ha sido positivo el camino recorrido en este sentido y que “transparentar el negocio le quitó beneficios al sistema financiero”, advierte que sigue habiendo algunas grietas en las que aún se generan ciertos perjuicios al asegurado.

Queda a las claras que la intervención de AAPAS y el compromiso de los denunciantes con la defensa de sus propios derechos ha sido muy importante en todo este camino recorrido. Pero el poder dominante de los bancos no ha cesado y ello sigue verificándose con las exigencias que se imponen a la hora de otorgar un crédito. Este es un nuevo desafío y una nueva batalla que se ha abierto, donde la Asociación ya ha tomado cartas en el asunto, en línea con su lucha histórica. La transparencia, como bien dice Garasini, es clave para que el negocio crezca de manera sana, sustentable y confiable.

Acceda a la nota de portada completa a través de: https://aapas.org.ar/revista