Obra Social del Seguro: “Todos somos pacientes”

en

Les acercamos la columna publicada en la edición 321 de la revista SEGUROS de AAPAS, donde Manuel Lamas, miembro del directorio de OSSEG y ex presidente de la Asociación, destaca las prestaciones de la Obra Social de los Trabajadores de Seguros, que cuenta con una protección de salud que llega a todo el territorio nacional, posibilitando que los PAS accedan a todo tipo de prestaciones. El especialista asegura que el principio de solidaridad es el que ha guiado a la obra social desde su fundación, la cual incluye también a los Productores jubilados de la actividad. Además, se refiere a las nuevas herramientas digitales que debieron incorporar a partir de la pandemia del Covid-19, como los tratamientos y recetas por medios virtuales. 

“Los Productores Asesores de Seguros debemos ser considerados como sujetos necesitados de la seguridad social. Al igual que cualquier trabajador, somos pasibles de sufrir accidentes laborales invalidantes o fallecer como consecuencia de una enfermedad o accidente de cualquier naturaleza. Inevitablemente también, llegará el momento en que se alcanzará la edad para acogerse a la jubilación.  En materia de atención médica, es muy cierto aquello de que “todos somos pacientes” y que “es sólo una cuestión de tiempo”. En materia previsional se nos considera trabajadores autónomos comprendidos en el régimen general de jubilaciones.

En cuanto a la posibilidad de padecer un accidente de trabajo, nuestro sector se encuentra totalmente desprotegido, ya que cada individuo debe proveerse  su propia cobertura la cual siempre será limitada y más onerosa. Si bien la ley 24.557 dice que el Poder Ejecutivo Nacional podría incluir en el ámbito de la misma a los trabajadores autónomos, y el decreto 491/97 los incorpora delegando en la Superintendencia de Riesgos del Trabajo el dictado de las normas para adecuar el sistema a las actividades de los autónomos, dicha reglamentación no ha sido dictada hasta la fecha.

A diferencia de la mayoría de los trabajadores independientes que sufren una crónica desprotección en materia de atención de su salud, es de destacar que nuestro sector cuente con protección de salud desde hace muchas décadas.  La relación de los PAS con la obra social, tiene una historia que comienza en el año 1951, cuando se crea por ley 14.057 la Dirección General de Servicios Sociales para el Personal de Seguros, Reaseguros, Capitalización y Ahorro y Préstamo para la Vivienda, cuyo objetivo era el “desarrollo de la seguridad social y la prestación de los servicios sociales para los trabajadores de la actividad aseguradora”. Sin embargo, pasarían siete años hasta la promulgación de otra ley mediante la cual los productores de seguros, reaseguros, capitalización y ahorro, quedarían incorporados entre sus beneficiarios, estableciéndose los aportes a su cargo y contribuciones obligatorias a cargo de las empresas aseguradoras.

La mencionada ley 14.057 fue derogada en el año 1972 y la continuidad de sus gestiones fue asignada al Instituto de Servicios Sociales para el Personal de Seguros, Reaseguros, Capitalización y Ahorro y Préstamo para la Vivienda, creado por ley 19.518, norma ésta que se encuentra vigente. 

Finalmente, en la década del noventa, el citado Instituto fue transformado en la actual Obra Social de la Actividad de Seguros, Reaseguros, Capitalización y Ahorro y Préstamo para la Vivienda (OSSEG). Esta circunstancia permitió que, por primera vez, los PAS accedieran a la conducción y administración de la misma, junto a los representantes de los trabajadores y de los empresarios de la actividad.

En ese momento la Obra Social contaba con apenas 4.642 Productores afiliados, número que, en la actualidad supera los 11.000.  Si se considera su grupo familiar, son más de 25.000 los beneficiarios relacionados con nuestra actividad.Si bien la cantidad y calidad de las prestaciones están condicionados por las infraestructuras regionales o locales existentes, la cobertura de la Obra Social llega a todo el territorio del país, posibilitando que los beneficiarios accedan a todo tipo de tratamientos, sin limitaciones, exclusiones o carencias.

OSSEG es una de las contadas obras sociales que, a pesar de no estar obligada a hacerlo, incluye a los trabajadores y PAS jubilados de la actividad. Si convenimos que las prestaciones constituyen parte de un ‘salario diferido’, también en el caso de los PAS podrían considerarse ‘comisiones diferidas’.

Las prestaciones de OSSEG en general superan ampliamente las obligaciones determinadas taxativamente en el Programa Médico Obligatorio (PMO). Es más, la Obra Social fue pionera en incorporar a sus prestaciones los tratamientos por alcoholismo, drogadicción, sida y celiaquismo –entre otros –, mucho tiempo antes de que fuese obligatoria su atención por dicho Programa.

La pandemia del COVID-19 puso a prueba la eficacia de todos los sistemas de salud en el mundo. Las restricciones impuestas por las autoridades para atenuar la propagación de la pandemia introdujeron nuevos problemas logísticos y organizativos para la atención de la salud de nuestros beneficiarios. En ese escenario de mayor complejidad, desde la obra social se adoptaron medidas para tratar de evitar mayores daños.

Al inicio de la cuarentena se pudo cumplir con el programa de vacunación antigripal habilitando nuevos vacunatorios con el fin de cumplir con las medidas de restricción de la circulación y de distanciamiento. Además del tradicional servicio de orientación permanente, se estableció un canal telefónico exclusivo para consultas por sospecha de coronavirus. Paulatinamente se fueron habilitando centros médicos, sanatorios y médicos de cartilla para la realización de consultas médicas online.  Incluso en algunas especialidades -siempre que el diagnóstico y la edad del paciente lo permita- se están realizando tratamientos por medios virtuales.  Consecuentemente se facultó a los profesionales de la salud para la emisión de recetas virtuales y se habilitaron centenares de farmacias para la recepción de las mismas. 

Para tener una idea de la magnitud de las prestaciones, y de las dificultades que la pandemia impuso a la logística que las posibilita,  basta consignar que en períodos precedentes, se realizan durante el año en promedio unas 800.000 consultas médicas, 1.000.000 de prácticas de baja complejidad, 200.000 prácticas de mediana complejidad, se internan 11.000 pacientes y se reciben 1.000 nuevos beneficiarios de OSSEG como resultados de igual cantidad de partos.

No es un dato menor el haber sostenido el descuento del 70% en medicamentos, superando largamente lo estipulado por ley y lo ofrecido por cualquier empresa de medicina prepaga. El fundamento inaugural de todas las obras sociales es el de la solidaridad. Este es un principio que ha guiado a OSSEG desde su fundación y que establece la responsabilidad de los que ganan más por los que ganan menos, de los sanos por los enfermos y de los jóvenes por los viejos. Jóvenes que, al mismo tiempo, están previendo la asistencia que ellos mismos recibirán en el futuro”.

Ver la revista completa en: https://aapas.org.ar/revista